En el remoto corregimiento de Quebrada Negra, en Calarcá, Quindío, la comunidad educativa de la escuela San Rafael está enfrentando una situación alarmante: 60 estudiantes se ven obligados a caminar más de dos horas diarias para llegar a clase debido a la ausencia de transporte escolar.
Padres de familia, estudiantes y docentes han expresado su indignación en las últimas horas, manifestando su preocupación por las dificultades que enfrentan los jóvenes para acceder a la educación. Marlen Yulieth Ordoñez, una de las madres afectadas, denunció la difícil situación que atraviesan: «Tenemos estudiantes que caminan de dos a dos horas y media todos los días, sin importar las condiciones climáticas. Es un desafío para ellos llegar a tiempo y en condiciones adecuadas para el aprendizaje».
La falta de transporte escolar no solo afecta la puntualidad y el bienestar de los estudiantes, sino que también compromete su seguridad, especialmente durante la temporada de lluvias. Muchos jóvenes llegan mojados y cansados a la escuela, lo que dificulta su rendimiento académico y pone en riesgo su salud.
Ante las protestas, las autoridades municipales de Calarcá han escuchado las demandas de la comunidad, comprometiéndose a resolver la situación. Sin embargo, explicaron que el proceso de contratación del servicio de transporte escolar está sujeto a plazos establecidos por la ley, y el contrato no se adjudicará hasta el 11 de junio, comenzando su ejecución al día siguiente.
A pesar de la promesa de acción por parte de la alcaldía, la incertidumbre persiste entre los afectados, quienes temen que la demora en la contratación prolongue aún más la difícil situación que enfrentan los estudiantes. Se espera que las autoridades municipales tomen medidas urgentes para garantizar el acceso equitativo a la educación y proteger el derecho de los jóvenes a una formación integral.
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