En los últimos días el gobierno nacional junto al Ministerio Justicia, dieron a conocer el borrador de un decreto que buscaría que los niños, niñas y jóvenes puedan cambiar su genero en la tarjeta de identidad entre Masculino (M), Femenino (F), No Binario (NB) y Trans o Travesti (T); incluso sin autorización de sus padres.
La ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, defendió la propuesta, argumentando que esta garantiza la protección de los Derechos Humanos estipulada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
“Esto surge con fundamento en un bloque de derechos que desde la Corte Interamericana de Derechos se ha determinado como obligatorio, pero, además, significa trabajar en esencia sobre la adecuación del reconocimiento de un derecho humano como es el derecho a la identidad y al autorreconocimiento”, especifico Buitrago.
El decreto estipula que la Defensoría de Familia intervendrá para formalizar el cambio, si el menor no cuenta con compañía de un tutor legal, asegurando así la protección de los derechos de los más jóvenes, y es que permitir que los menores de edad cambien su género en la tarjeta de identidad es un tema complejo que implica aspectos legales, psicológicos, sociales y éticos. Aquí hay una lista de posibles beneficios y problemas relacionados con este tema tan controversial
Beneficios
Reconocimiento de identidad: Brinda a los menores transgénero la posibilidad de ser reconocidos oficialmente según su identidad de género, lo que refuerza su autoestima y bienestar emocional.
Reducción de discriminación: Al tener documentos que coincidan con su identidad, los menores pueden evitar situaciones incómodas o discriminatorias en entornos como escuelas o servicios públicos.
Apoyo a la diversidad: Envía un mensaje inclusivo y progresista, promoviendo la aceptación de la diversidad en la sociedad desde temprana edad.
Acceso a derechos: Facilita el acceso a servicios y beneficios sin obstáculos relacionados con la incongruencia en los documentos de identidad.
Problemas o desafíos
Madurez para la decisión: Algunos argumentan que los menores pueden no estar plenamente preparados para tomar decisiones que impactan aspectos legales y sociales a largo plazo.
Impacto familiar y social: Puede generar tensiones en el núcleo familiar o rechazo en entornos sociales menos inclusivos.
Riesgo de estigmatización: En sociedades conservadoras, este cambio podría exponer a los menores a acoso, prejuicios o exclusión.
Revisiones futuras: En casos donde los menores cambien de opinión con el tiempo, podría requerirse un proceso adicional para ajustar nuevamente su identidad legal, lo que podría ser complicado.
Si bien otorgar autonomía a menores de edad para cambiar su género en la tarjeta de identidad puede ser un paso importante hacia la inclusión y el respeto por la diversidad, es fundamental acompañarlo de un marco legal sólido, apoyo psicológico y social, y diálogo con las familias para garantizar que este derecho se ejerza de manera informada y con respaldo integral.
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