El sábado 19 de mayo, en horas de la tarde, la tranquilidad del barrio Millán en el municipio de Quimbaya se vio violentamente alterada cuando la Policía recibió un informe alarmante: un homicidio había tenido lugar en la vía pública. Al llegar al lugar de los hechos, los oficiales encontraron el cuerpo sin vida de Diego Fernando Ramírez, un joven de 27 años que había sido víctima de impactos de arma de fuego.
Según las primeras investigaciones, Diego fue interceptado por dos individuos que se desplazaban en una motocicleta. Sin mediar palabra, los agresores dispararon contra él, arrebatándole la vida en un acto de violencia que conmocionó a la comunidad. Tras cometer el crimen, los perpetradores emprendieron la huida, dejando tras de sí una estela de incertidumbre y dolor.
Lo que agrava aún más este lamentable suceso es el historial delictivo de la víctima. Diego Fernando Ramírez contaba con anotaciones judiciales en el SPOA por diversos delitos, incluyendo concierto para delinquir, tráfico, fabricación o porte de estupefacientes, y lesiones personales. Estas circunstancias plantean interrogantes sobre posibles motivaciones tras el crimen y la complejidad del caso para las autoridades.
Este trágico acontecimiento marca un quiebre en la tranquilidad de Quimbaya, que durante 95 días había logrado mantenerse libre de homicidios, siendo el último registrado el 12 de febrero. Ante esta situación, desde la alcaldía se ha anunciado un reforzamiento de los trabajos de seguridad en colaboración con la Policía y el Ejército, con el objetivo de garantizar la protección de los ciudadanos y prevenir futuros actos de violencia.
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